lunes, 16 de marzo de 2009




(Alemania grupo de activistas de la PETA se empacó como la carne de supermercado invitando al vegetarianismo.)

Invitación al vegetarianismo.

Ser vegetariano es más saludable que ser carnívoro.
El vegetarianismo, también conocido en ocasiones como vegetarismo, es el régimen alimentisio que tiene como principio la abstención de carnes rojas, pollo y pescado, y se basa en el consumo de cereales, legumbres, setas, frutas y verduras. La persona que practica este tipo de dieta es conocida como vegetariana.
La dieta vegetariana por motivaciones éticas está relacionada con la defensa de los derechos de los animales. Este tipo de vegetarianos consideran reprochable la muerte del animal, y sobre todo su maltrato y explotación o especulación como bien, con el único fin de producir alimentos para el ser humano. Ya que éste no necesita comer carne o pescado para llevar una dieta saludable, estos vegetarianos estiman que el consumo de carne animal es fruto de una elección voluntaria y por lo tanto puede ser rechazada.
Además, se estima que con todo el alimento que se dedica a engordar a los animales destinados a la alimentación podría alimentar a todas las personas del mundo. Según la revista estadounidense PETA, en EE. UU., el 80% del maíz y el 95% de la avena que se cultivan serían destinados al alimento de animales.
En este sentido, como en el caso de los veganos, la dieta vegetariana no puede contemplarse sólo en términos de nutrición, sino que también conforma una actitud y estilo de vida, ya que es probable que este tipo de vegetariano rechace otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana.
El objetivo de las granjas industriales es producir la máxima cantidad de carne, leche y huevos utilizando la mínima cantidad de espacio, tiempo y dinero. Los animales sufren las consecuencias de estas restricciones. Soportan la mutilación—a los pollitos se les corta el pico y a los bueyes y cerdos se los castra (todo esto sin anestesia), a las vacas les quitan los cuernos y se las marca a fuego y la lista continúa, todo ello sin utilizar ningún tipo de calmante. A algunos animales, como los terneros de engorde, se los mantiene aislados, mientras que a otros, como los pollos, se los encierra tan cerca unos de otros que apenas pueden moverse. Las granjas industriales restringen el movimiento de los animales no sólo para ahorrar espacio, sino también para que toda su energía se concentre en la producción de carne, huevos o leche para el consumo humano. Pasan sus vidas atrapados en reducidos compartimentos de hormigón y en cajas de metal, aterrorizados y sufriendo en circunstancias no naturales. Su miedo y su dolor finalizan sólo tras haber sido trasladados a temperaturas extremas y sin comida ni agua, al sacrificio mecanizado de los mataderos actuales, en los que a millones de animales se les despoja de la piel y se les amputan las extremidades mientras todavía están conscientes.
¿Se te ocurrió pensar en esto a la hora de la cena?

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